Se acaba
octubre y con él, el buen tiempo que nos ha acompañado todo este mes. Hemos
tenido incluso mejor climatología que en pleno agosto, definitivamente el
calentamiento global está haciendo de las suyas. En dos días estaremos con el
frío y con el cierzo espantoso que sopla en Zaragoza y me veo ya anhelando el
buen tiempo, pero mientras tanto, habrá que disfrutar de lo que queda de él y
para despedirlo, qué mejor que con esta dulce y nutritiva receta.
¿Por qué de calabaza? porque el reto del mes de octubre de Cocineros de Mundo es sobre esta hortaliza y las setas, como siempre me suelo ir por lo dulce, pues no lo pensé mucho y me decidí por la calabaza: una hortaliza muy rica y versátil en la cocina tanto en recetas dulces como saladas. Como ya antes había publicado una receta de bizcocho de calabaza, me he decidido por esta tarta, haciéndola a mi estilo, con menos azúcar y menos grasas. Es muy parecida a las tarta de calabaza que suelen hacer por estas fechas en América, así que esta es mi versión rustica de la clásica “pumpkie pie”.
¿Por qué de calabaza? porque el reto del mes de octubre de Cocineros de Mundo es sobre esta hortaliza y las setas, como siempre me suelo ir por lo dulce, pues no lo pensé mucho y me decidí por la calabaza: una hortaliza muy rica y versátil en la cocina tanto en recetas dulces como saladas. Como ya antes había publicado una receta de bizcocho de calabaza, me he decidido por esta tarta, haciéndola a mi estilo, con menos azúcar y menos grasas. Es muy parecida a las tarta de calabaza que suelen hacer por estas fechas en América, así que esta es mi versión rustica de la clásica “pumpkie pie”.
Ingredientes:
700 grs de calabaza.
150 grs de azúcar moreno.
120 ml de nata
70 grs de nueces trituradas.
2 cucharadas de maicena.
1 cucharadita de canela.
1/2 cucharadita de jengibre molido.
Una lámina de masa de hojaldre.
Preparación:
Primero, pelamos y cortamos la calabaza en trozos pequeños y la cocinamos con muy poca agua, también se puede hacer al vapor hasta que esté blanda. Una vez cocida la escurrimos y la chafamos con un tenedor hasta convertirla en puré y la dejamos enfriar.
A continuación, mezclamos los huevos
con el azúcar y agregamos la nata, la maicena, las especias, el puré de calabaza
y las nueces, mezclamos con un tenedor, no hace falta usar la batidora. La mezcla
suele quedar muy liquida pero no os preocupéis ni os
asustéis.
En un molde redondo de 20 cm ponemos la
masa de hojaldre y luego nuestra mezcla, tapamos la mezcla con los bordes
sobrantes del hojaldre y lo llevamos al horno previamente precalentado a
180º, durante unos 30 minutos o hasta que nuestra tarta coja consistencia y esté
dura al tacto.
Por último, la dejamos enfriar en una
rejilla y la desmoldamos con mucho cuido para no romperla. Esta tarta está mucho
más rica al día siguiente, así que la podéis hacer por la noche y dejarla en la
nevera hasta el otro día. Al
despertar tendremos nuestra riquísima tarta rústica de calabaza y nueces
esperando para ser degustada, bien sola o acompañada de un pequeño toque de nata
montada.
Esta tarta es muy fácil de hacer y lo mejor, es que cuenta con todas las propiedades nutritivas de la calabaza, otra forma dulce de comer hortalizas sin darnos cuenta, en mi casa ha tenido tanto éxito que hasta el más pequeño hizo un festín con ella.
Te ha quedado genial y veo que a tu niño le encanta. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias guapa, si le ha gustado mucho y eso que ha estado malito. Un besazo!!
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